martes, 22 de junio de 2021

Relajación, Meditación y sus Beneficios

Relajación es el estado de calma y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual, equilibrio en el metabolismo, en el ritmo cardiaco y la respiración, reduciendo el gasto energético y metabólico. La relajación es un estado psicofisiológico que podemos generar con el objetivo de vivir en un estado de tranquilidad, de armonía, de alegría, de paz y felicidad. No es lo mismo empezar el día llenos de energía que sentirnos agotados como cuando regresamos a casa después de una larga jornada de trabajo. No tratamos igual a las personas cuando estamos tranquilos y contentos que cuando estamos agotados por el esfuerzo de un día lleno de responsabilidades.

La práctica de la relajación nos permite generar un estado de salud y bienestar, armonía y paz en nuestras vidas. La práctica de la relajación nos ayuda a manejar el estrés, aumenta nuestro rendimiento en las actividades diarias y mejora nuestras relaciones con los demás; nos ayuda a aliviar el insomnio, equilibra la presión arterial, fortalece el sistema nervioso y el sistema inmunológico, equilibra el sistema endócrino y muscular, favorece la regeneración celular, etc. La práctica de la relajación nos ayuda a controlar nuestras emociones, miedos, la ira, resentimientos, la tristeza, la ansiedad, la depresión, la angustia y la preocupación, favoreciendo así los pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones y actitudes positivos y en consecuencia el equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. La práctica de la relajación mejora la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje; aumenta la creatividad y favorece la imaginación, etc.

La vida del ser humano en la ciudad donde continuamente es presionado por los deberes y responsabilidades dificulta vivir de manera relajada. Para mantener su posición económica el ciudadano moderno debe correr cada vez más, pensar más rápido, hacer más trabajo en menos tiempo y todo ello sin descanso, o descansar tan rápido que hay más desgaste que recuperación. La diferencia entre el reposo tenso acostumbrado y la profunda placidez que se alcanza en el sueño tras la relajación es muy grande. Muchas personas han olvidado la sensación de levantarse completamente frescos y renovados de energía, hay una insatisfacción permanente y un agotamiento que se está convirtiendo en el eje de cada día. La relajación es una práctica a través de la cual podemos proteger nuestro cuerpo de las agresiones que lo llevan a la extenuación al grado que hace falta energía hasta para descansar. El estrés es capaz de debilitar las defensas del sistema inmunológico. Muchas personas se levantan con estrés por las mañanas y en ocasiones tratan de forma impropia a las personas que aprecian.

La tensión cotidiana mantiene al hombre en un sueño constante que le impide percibir los aspectos esenciales de su vida. Aprender a relajarnos es una buena solución para enfrentar el día a día, donde las prisas, los problemas, el estrés, los miedos, las angustias y las preocupaciones son los protagonistas. La práctica de la relajación nos permite lograr un reposo integral, experimentar tranquilidad, armonía y paz en nuestras vidas y sus beneficios serán más evidentes conforme practiquemos, por lo que es conveniente practicarla a diario.

La práctica de la relajación disminuye los procesos acelerados de nuestro organismo. El estrés es un proceso de aceleración psicofisiológica del cuerpo orientado a obtener una respuesta corporal óptima frente a un riesgo inminente para la vida. El riesgo inminente para la vida desencadena estrés y el estrés nos prepara para la lucha o la huida, pero el estrés que se genera sin que exista un riesgo real acaba envenenando nuestro organismo debido a que el estrés aumenta la segregación de adrenalina, acelera el pulso y la respiración, y la adrenalina vertida en el torrente sanguíneo se convierten en veneno y este veneno se vierte por una simple llamada en la puerta, por un ruido, por una palabra, por un gesto, etc. El mecanismo del estrés es perfecto y siempre nos ha protegido, el problema son las reacciones continuas ante situaciones sin riesgo real. El estrés puede evitar la muerte pero también puede provocarla.

Cuando las personas viven en un estado de inatención sus actos los realizan de una forma mecánica que desgastan su energía y cuantas más tareas realizan más agotadora sienten la vida. La práctica de la relajación nos permite sentir la vida, sentir nuestra respiración, nuestros movimientos y es precisamente en ese estado de relajación en que podemos realizar las tareas cotidianas con el mínimo desgaste energético. Sólo cuando nos damos cuenta del profundo desgaste a que nos sometemos cada día podemos emprender la tarea de recuperar el equilibrio psicofisiológico. La práctica de la relajación nos permite vivir en un estado de atención y darnos cuenta como los estados mentales y emocionales afectan nuestro cuerpo y al mismo tiempo como podemos generar estados psico-corporales positivos.

La práctica de la relajación nos ayuda a responder de forma adecuada a los estímulos que nos rodean, y sobre todo moderar nuestros impulsos y comportamientos ante las situaciones del mundo exterior y modificar nuestra respuesta fisiológica frente al estrés. El estrés es una respuesta normal de nuestro cuerpo frente a un estímulo externo que implica un peligro, nuestro organismo reacciona acelerándose y cuando usamos la energía que el cuerpo ha dispuesto para la reacción de lucha o huida, esta no nos hace daño y al finalizar la actividad intensa nos sentimos bien. El problema es que el estrés es un mecanismo tan rápido y potente que es un poco difícil manejarlo sin el adecuado entrenamiento, además de la tendencia a responder a estímulos menores con toda la carga de estrés que nuestro cuerpo puede poner en marcha en fracciones de segundo, y solo con la relajación podemos frenar sus efectos.

La práctica de la relajación es una buena solución para el estrés, causa de múltiples enfermedades provocadas por los profundos desequilibrios fisiológicos generados por vivir en una tensión constante. Es verdad que no podemos cambiar el mundo, pero podemos cambiar nuestra percepción e interpretación del mundo. Cuando estamos relajados nuestro cuerpo, emociones y mente trabajan en total armonía al mismo tiempo que nos llenamos de energía y vitalidad. La relajación no implica solo liberarnos de las tensiones y del estrés del día a día, sino que debemos de aprender a evitarlos a través de la comprensión de la mente y las emociones, y sus efectos en el cuerpo físico, y para ello debemos aprender a meditar. La meditación nos conduce a la experiencia de acercamiento y conexión con nuestro ser.

La meditación nos ayuda a comprender como funciona la mente y los sentidos, como nos percibimos a sí mismos y como percibimos el mundo que nos rodea. La meditación nos ayuda a comprender las creencias y falsos conceptos que nos impiden ver la realidad tal como es y percibir el presente, el momento, el aquí y ahora. La meditación nos ayuda a vivir en un estado de atención plena y nos ayuda a concentrarnos en las metas y objetivos que buscamos para nuestra superación en la vida. La meditación nos ayuda a trascender las limitaciones de la mente humana y recibir la sabiduría de la mente universal, la mente suprema, la consciencia universal. La meditación nos ayuda a comprender nuestra realidad interior, espiritual. La meditación es la práctica por excelencia para conocernos a sí mismos y lograr la realización.

La práctica de la meditación nos ayuda a vivir en un estado de atención a través de la comprensión de los sentidos. La práctica de la meditación nos ayuda a poner atención en todo lo que hacemos, y haciendo con atención las cosas nos realizamos y también nos conocemos. Las relaciones sociales y laborales son un terreno fértil para conocernos y fortalecernos. Viviendo en atención reducimos la presión y el estrés que además de dañar nuestra salud reducen el rendimiento en nuestro trabajo cotidiano. La práctica de la meditación nos conduce al conocimiento y dominio de sí mismos, nos ayuda a concentrarnos en lo que somos con el propósito de integrarnos, realizarnos y fusionarnos con nuestro verdadero Ser.

La meditación nos ayuda a aquietar la mente, mantenerla tranquila y relajada, centrada en el presente en todo momento. Cuando la mente está quieta nos ponemos en contacto con nuestra esencia, con nuestro ser que habla sin palabras y que para ser escuchado requiere de una atención plena, y así podemos acceder a la sabiduría de nuestro ser infinito que está más allá del tiempo y del espacio. La meditación requiere de la atención y la observación que está más allá de la mente y el pensamiento para comprender la vida superficial, de apariencia e ilusión que vivimos comúnmente y así lograr percibir la realidad esencial que sustenta todo.

Meditar es desconectarnos de lo que nos rodea y concentrarnos en nuestro interior, observarnos con atención y tomar conciencia de lo que pasa en nuestro interior. Meditar es concentrar la atención en un punto u objeto de nuestra meditación. Meditar es aquietar la mente, meditar es abstraernos de los sentidos porque los sentidos son los informadores de la mente. Meditar es no pensar, cuando dejamos de pensar de manera natural empezamos a sentir, sentir nuestra vida, sentir nuestra energía, sentir nuestra presencia, sentir nuestra existencia, sentir nuestra esencia, sentir nuestra individualidad, sentir nuestro ser. Cuando dejamos de pensar abrimos un canal hacia nuestro ser y nos llenamos de nuestra propia energía. Meditar es sentir nuestra vida individualizada dentro del océano de vida universal. La meditación favorece el flujo natural de la vida que es vitalidad, salud, felicidad, bienestar, etc. Meditar es relajar el cuerpo y la mente para que fluya con libertad la sabiduría de nuestro ser a través de la inspiración, la imaginación, la creatividad, etc. Meditar es aprender a ser testigos de la propia existencia, vivir el presente y aprender en la escuela de la vida.

Para meditar basta parar la carrera apresurada de todos los días y sentir que hay algo esencial dentro de ti, no importa si es el inconsciente, el alma, la esencia o el espíritu, solo observa que es lo que hay en tu interior. Cuando meditas te das cuenta de algo que pasas desapercibido a lo largo del día y es que tú estás vivo. Respira, siente y percibe la vida que está en ti, tu vida, y date cuenta que no es lo mismo pensar que sentir. Cuando meditamos los pensamientos y las creencias pasan a un segundo lugar, porque meditar es vivir el presente, el aquí y ahora, es percibir la realidad de una manera directa favoreciendo el conocimiento de sí mismos y el entorno. El pensamiento es un murmullo, cuando el pensamiento cesa se hace el silencio de donde surge la consciencia, la inspiración, la imaginación y la creatividad; el pensamiento es la memoria, es el pasado, es lo conocido, es todo lo aprendido; la consciencia es lo nuevo, el presente, el aquí y ahora, la consciencia es percepción y comprensión directa de la realidad.

Existe la idea errónea de que para practicar la meditación es necesario apartarse de la vida y retirarse a un lugar alejado del ruido, si bien esto facilita la concentración, es en la vida del día a día donde más provecho obtenemos de la práctica de la meditación. La meditación no es un aprendizaje externo como el español, sino un camino de exploración del mundo interno hasta hoy poco explorado y que nos conduce a un despertar. Otro error es pensar que la meditación se limita al ensimismamiento y la abstracción del entorno social, nada más lejos de la verdad.

La relajación y la meditación pueden ser practicadas por cualquier persona sin importar su condición, cultura o estrato social. Practicar la relajación y la meditación es muy sencillo, basta un lugar tranquilo, en silencio y libre de interrupciones. La postura puede ser sentado o acostado, de preferencia con los ojos cerrados para evitar distraernos con las imágenes. Con la práctica será posible relajarnos y meditar incluso con los ojos abiertos. Podemos practicar solos o en grupo. La relajación y la meditación son el camino hacia el equilibrio y la armonía y es inevitable experimentar la resistencia que solo podemos vencer con voluntad, disciplina y carácter. ¡Mis mejores deseos de Salud, Armonía, Bienestar y Prosperidad para todos!

miércoles, 4 de noviembre de 2020

¿Qué es Relajación?

Relajación es el estado de calma y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Relajación es un estado de alivio de la tensión o del agotamiento físico, incluyendo la ausencia de pensamientos, sentimientos y emociones negativos. Relajación es el estado de reposo del cuerpo y la mente que nos da un profundo descanso y equilibra nuestro metabolismo, la respiración y el ritmo cardiaco. Relajación es el estado natural de ser y estar que nos otorga armonía, paz y libertad. La relajación es un estado de conciencia, un estado de presencia y atención consciente.

Las exigencias del mundo en que vivimos donde todos buscan cumplir con sus deberes, responsabilidades, compromisos y obligaciones, evidentemente generan tensión, estrés y ansiedad, lo cual hace que la relajación física y mental se convierta en una necesidad para la mayoría de las personas. Sin embargo, conseguir relajarse requiere de conocer y saber cómo hacerlo. Saber qué es la relajación y cómo relajarse también nos libera de posibles tensiones, ya sean musculares o psicológicas acumuladas con el paso del tiempo.

Aprender a relajarnos es la mejor solución para hacer frente al mundo del día a día, donde las prisas, los miedos y el estrés son los protagonistas. Aprender a vivir en armonía, tranquilidad, paciencia y serenidad es un estilo de vida saludable y la mejor medicina frente al estrés. La práctica de la relajación nos permite conseguir una sensación de descanso, calma y bienestar semejante a lo que experimentamos con el sueño profundo pero con la diferencia de experimentarlo despiertos y conscientes.

La práctica de la relajación en sus diversas formas o técnicas favorece el desarrollo de nuestras capacidades y habilidades, tanto físicas como mentales y espirituales. La práctica de la relajación favorece el conocimiento de sí mismos y el auto-control para afrontar con éxito las situaciones cotidianas con alto nivel de ansiedad tales como hablar en público, tener una entrevista de trabajo, hacer un examen, etc. Cuando estamos relajados conseguimos un estado de sensibilidad, percepción y receptividad natural, que se traduce en un mayor estado de atención y la atención nos da el aprendizaje.

Estudios recientes indican que la relajación reduce el estrés, contribuye a lograr el equilibrio emocional y alcanzar la armonía, la paz y la serenidad; ayuda a manejar las preocupaciones, la angustia y la ansiedad; equilibra el ritmo cardíaco, reduce la presión arterial y equilibra la tensión del sistema circulatorio; ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos; equilibra la tensión muscular y ayuda a aliviar los dolores musculares, sobretodo de la espalda y el cuello; equilibra la actividad glandular, favorece el metabolismo, reduce el gasto energético, fortalece el sistema inmunológico, ayuda a aliviar dolores de cabeza, insomnio, etc.

La relajación tiene muchos beneficios en la salud física, emocional y mental. La relajación nos ayuda a hacer frente a las dificultades, manejar nuestros sentimientos y emociones, desbloquear la mente y tener pensamientos más claros y lúcidos. La relajación nos ayuda a mejorar nuestras relaciones con los demás y nos ayuda a tener un pensamiento creativo e incluso lograr nuestras metas y objetivos en la vida. La relajación nos ayuda a acceder cuando sea necesario y de manera creativa a la sabiduría acumulada a lo largo de nuestra vida.

En la actualidad existen muchas formas o técnicas de relajación que pueden clasificarse en biológicas, psicológicas y espirituales, y una relajación completa incluye los tres niveles de manifestación del individuo. Es bueno conocer el origen de nuestras tensiones o estrés, pero no es imprescindible para practicar la relajación. Lo más importante es preguntarnos cómo nos sentimos, y si sentimos desarmonía, cansancio o algún malestar es una razón suficiente para practicar la relajación. Lo que necesitamos es saber cómo lograr el estado de relajación y cómo poder generar ese estado las veces que sean necesarias hasta aprender a vivir en armonía, paz y serenidad de manera permanente. En el aprendizaje de la relajación podemos conocer por nuestra propia experiencia el origen del estrés.

La mejor manera de relajarnos se logra sintiendo la vida que palpita en nuestro corazón. Empezamos nuestra relajación haciendo una respiración profunda y dirigimos la atención a nuestro interior, específicamente en el corazón y sentimos cómo la vida, qué es sagrada y divina, se manifiesta en nuestros cuerpos, armonizando, equilibrando, vitalizando y sanando cada parte de nuestros cuerpos, cada órgano vital, cada célula, molécula y átomo de nuestros cuerpos, por cinco, diez o veinte minutos hasta lograr el estado de relajación.

Para relajarnos hay que desconectarnos de todo lo que nos rodea y conectar con la vida que es lo más sagrado que tenemos, y así permitir que la vida se exprese en nuestros cuerpos para armonizarlo, vitalizarlo y fortalecerlo. Si llega un pensamiento que esté fuera de lugar, simplemente lo dejamos pasar sin juzgarlo y seguimos sintiendo el palpitar de la vida, la presencia de la vida en nuestro corazón y en todo nuestro cuerpo. De esta manera el cuerpo, la mente y el espíritu están en armonía y nos sentimos alegres, rejuvenecidos y llenos de vitalidad. También podemos relajarnos dirigiendo la atención a la luz interior o al Ser Interno.

Podemos afirmar que si la relajación se hace correctamente, obtenemos sus beneficios desde la primera sesión. Los beneficios serán más evidentes cuando lleves varias semanas practicando la relajación, mínimo en la mañana al levantarte y por la noche antes de acostarte, así conseguirás mejores beneficios. Con el tiempo, la relajación se convertirá en un ejercicio tan sencillo que podremos conectar con la vida en solo unos segundos. Llegará el momento en que el estado de calma y la ausencia de tensión será algo normal y natural en nuestro diario vivir y ya sea sentado, caminando o trabajando lograremos vivir un estado de relajación plena. ¡El Creador Supremo Dios te de Armonía, Salud, Paz y Bienestar!

domingo, 28 de abril de 2019

La Relajación y sus Beneficios

Relajación es el estado de armonía y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Relajación es un estado de alivio de la tensión o del agotamiento físico, incluyendo la ausencia de pensamientos, sentimientos y emociones negativos. 

Se habla con frecuencia de la relajación del cuerpo, cuando los músculos liberan la tensión o contracción muscular, pero la relajación también tiene una dimensión emocional, mental y espiritual.
Estudios recientes indican que la relajación equilibra el ritmo cardíaco, disminuye la tensión del sistema circulatorio y muscular, equilibra la actividad glandular, favorece el metabolismo, reduce el gasto energético, fortalece el sistema inmunológico, ayuda en casos de insomnio, ansiedad, etc.

La relajación protege a los órganos vitales del cuerpo de un desgaste innecesario, especialmente a los órganos relacionados con el estrés.

La relajación nos ayuda a hacer frente a las dificultades, calmar la mente y tener un pensamiento más claro y eficaz. El estrés debilita mentalmente a las personas, la relajación restablece la claridad del pensamiento. Se ha descubierto que la información positiva almacenada en la memoria es más accesible cuando la persona está relajada.

La tensión o el estrés no es una mera cuestión física, puede ser generado ya sea por pensamientos de preocupación o angustia, o por sentimientos y emociones que no sabemos manejar. El cuerpo solo experimenta los efectos de los pensamientos, sentimientos o emociones estresantes a través del sistema nervioso y glandular.

Sabemos que la estimulación nerviosa es gobernada por el sistema nervioso autónomo que se divide en simpático y parasimpático. El simpático incrementa la estimulación cuando el organismo se ve amenazado y el parasimpático restablece el estado de reposo del cuerpo. Estas reacciones son involuntarias y capacitan al organismo para sobrevivir.

Ante una situación de peligro o amenaza, el sistema nervioso simpático acelera la actividad del corazón y redistribuye la sangre de las vísceras hacia los músculos voluntarios; la tensión arterial y el ritmo respiratorio aumentan, capacitando al individuo para luchar o huir. En estos casos también se ha observado un incremento en el ritmo de coagulación de la sangre, aumento de glucosa en la sangre, incremento en la actividad de las glándulas sudoríparas, reducción de la actividad del tracto digestivo, etc. En ausencia de peligro o amenaza el sistema nervioso simpático pierde su predominio y el parasimpático asume el control.

Los cambios evidentes producidos por la estimulación simpática como el incremento del ritmo respiratorio, palpitaciones y sudor frío, ponen de relieve la asociación de las emociones con los órganos internos. El miedo y la ira en particular cuando son experimentados con frecuencia afectan a los órganos internos del cuerpo, dando origen a las enfermedades psicosomáticas. La relajación contrarresta los efectos de la actividad simpática fomentando la acción relajante del sistema nervioso parasimpático.

Dado que el sistema endocrino está estrechamente asociado con el sistema nervioso autónomo, las glándulas adrenales o suprarrenales, situadas encima de los riñones, liberan las hormonas adrenalina y noradrenalina que modifican la acción de los órganos internos en respuesta a las emociones, sentimientos o pensamientos que se tienen en momentos de dificultad. La noradrenalina produce cambios asociados a la conducta agresiva y de lucha, aumentando el estado de vigilancia y creando una agradable sensación de viveza. Por su parte la adrenalina está asociada con la ansiedad y con la conducta de huida, incrementando el flujo de la sangre a las piernas, experimentando sensaciones de amenaza y reduciendo las capacidades mentales. 

Las glándulas suprarrenales o adrenales producen también corticoides, siendo el más importante el cortisol, cuya función es mantener el aporte de combustible a los músculos, favoreciendo la acción de las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina). Existe la evidencia que indica que los niveles normales de cortisol mejoran el sistema inmunológico, pero los niveles altos de cortisol generados por el estrés prolongado suprimen al sistema inmune.

Cuando la dificultad ha sido superada y ya no se requiere la respuesta de estrés, el sistema nervioso parasimpático produce acetilcolina que genera un estado de relajación, y los órganos previamente activados ahora están en reposo.

La práctica de la relajación nos permite generar un estado de salud y bienestar, armonía y paz en nuestras vidas. La práctica de la relajación nos ayuda a aliviar el estrés, aumenta nuestra energía, mejora nuestras relaciones con los demás; nos ayuda a aliviar el insomnio, equilibra la presión arterial, fortalece el sistema nervioso y el sistema inmunológico, equilibra el sistema endócrino y muscular, favorece la regeneración celular, etc. La práctica de la relajación nos ayuda a controlar nuestras emociones, miedos, la ira, resentimientos, la tristeza, la ansiedad, la depresión, la angustia y la preocupación, favoreciendo así los pensamientos, sentimientos, emociones, sensaciones y actitudes positivos y en consecuencia el equilibrio físico, emocional, mental y espiritual. La práctica de la relajación mejora la atención, la concentración, la memoria y el aprendizaje; aumenta la creatividad y favorece la imaginación, etc. 

(Nota: Esta nota está en construcción, está sujeta a cambios y correcciones). ¡Mis mejores deseos de Salud, Armonía, Paz y Bienestar!

jueves, 28 de marzo de 2019

Los Principios de la Salud

Salud es el estado de equilibrio funcional del cuerpo físico, emocional, mental y espiritual que se logra cuando vivimos en armonía con nosotros mismos y con los demás, con nuestro entorno y la naturaleza. Salud es el estado natural de existencia cuando vivimos en armonía con nosotros mismos, con nuestro entorno y el Universo.

Enfermedad es la reacción natural de nuestro cuerpo que busca restablecer su equilibrio o estado de salud. Las enfermedades o dolencias son expresiones corporales o anímicas que indican un desequilibrio o desarmonía del cuerpo físico o del alma. Enfermedad es desequilibrio; salud es equilibrio, armonía, perfección, juventud, belleza.

Dado que nuestro cuerpo físico es una creación de la naturaleza, obedece fielmente los principios y leyes naturales. El hombre como un ser integral, además del cuerpo físico tiene un cuerpo vital o etérico, un cuerpo emocional, un cuerpo mental y otros cuerpo espirituales superiores. Físicamente, salud es el equilibrio funcional del organismo físico, sustentado por el equilibrio energético de nuestros cuerpos sutiles o energéticos-

El estado de salud de nuestro organismo es resultado de lo que comemos y no comemos, de lo que digerimos y eliminamos, de lo que respiramos y bebemos, de lo que trabajamos y descansamos, de lo que pensamos y sentimos, etc. La salud es resultado de los hábitos y costumbres alimenticios, estados de ánimo o psicológicos y la espiritualidad que vivimos.

La salud no es producto de la casualidad ni el resultado de tomar remedios, la única manera de vivir con salud es cultivándola todos los días. Es mejor aprender a cultivar la salud que luchar contra las enfermedades. Es mejor invertir en la salud que invertir en la enfermedad. Quien hoy no tenga tiempo para cuidar su salud, algún día necesitará tiempo para cuidar su enfermedad. Buscar el equilibrio y la optimización de nuestras energías en todas nuestras actividades diarias nos permitirá disfrutar siempre de salud física, vital, emocional, mental y espiritual. Para cultivar la salud es necesario observar los siguientes principios:

1.- Respirar aire saludable.
2.- Beber agua saludable.
3.- Comer alimentos saludables en cantidad y tiempo adecuados.
4.- Trabajar, hacer ejercicio y evitar el ocio.
5.- Descansar y dormir las horas adecuadas en el tiempo adecuado.
6.- Pensar, sentir y hablar siempre positivamente.
7.- Cultivar la espiritualidad.

En realidad nuestro cuerpo físico es perfecto, tiene inteligencia y conciencia, y tiene la capacidad de reequilibrarse a sí mismo o reestablecer su estado de salud.

Comprender como funciona nuestro cuerpo nos ayuda a prevenir las llamadas dolencias y nos da la comprensión de los principios para recuperar la salud del organismo y la armonización energética. La Naturaleza en su infinita sabiduría nos ofrece los alimentos, elementos y vegetales para recuperar la salud física; como también nos da la inteligencia y la sabiduría para armonizar las energías de nuestros cuerpos sutiles vital, emocional, mental y espiritual.

Las llamadas enfermedades o dolencias en realidad son síntomas que a manera de lenguaje el cuerpo usa para comunicarnos que hay un desequilibrio en el mismo. Las causas del desequilibrio del cuerpo son varias, pero la causa de la mayoría de las llamadas enfermedades son una alimentación desequilibrada, una pobre nutrición, una pobre eliminación, autointoxicación, estados de ánimo negativos, entre otras.
La curación es una acción que le compete a la naturaleza. Hipócrates, el Padre de la Medicina dijo: “Natura medicatrix”, es decir, la naturaleza es la que cura. La Naturaleza en su infinita sabiduría nos proporciona los mismos alimentos, los elementos de la naturaleza (tierra, agua, fuego, aire), los minerales, las plantas y vitaminas para recuperar la salud física, pero sobre todo nos proporciona la energía vital, la fuerza vital, la vitalidad del organismo, la vida, el prana, el chi, el ki, la energía espiritual, divina, la Presencia de Dios.

Para recuperar la salud del cuerpo físico es necesario restablecer el equilibrio de la alimentación y nutrición y proporcionarle los elementos, minerales, vitaminas para que corrija sus carencias y restablezca el equilibrio total que es sinónimo de salud. Hipócrates también decía: “Que tu alimento sea tu medicina y que tu medicina sea tu alimento”.

La salud es un tesoro que solo valoramos cuando la perdemos, pero que podemos recuperar aprendiendo a vivir en armonía con los principios naturales y restableciendo el equilibrio energético de nuestros cuerpos físico, vital, emocional, mental y espiritual. La curación la logramos cuando cultivamos y fortalecemos la energía vital del cuerpo físico, la vida. La salud es el arte de vivir equilibradamente tanto interna como externamente, entre los cuerpos energéticos y el cuerpo físico. Lo sutil mueve lo denso.

La salud es la base física de nuestro bienestar, armonía, paz y felicidad. Galeno decía: “más vale prevenir”, pero si por descuido hemos perdido la salud es posible recuperarla.

El equilibrio de nuestros cuerpos se consigue comprendiendo las leyes que los rigen y también comprendiendo los diversos procesos de intercambio energético e información entre el organismo humano, los cuerpos energéticos y el resto de los seres vivos del universo.

El equilibrio mental y emocional lo logramos pensando, sintiendo y hablando lo mejor de nosotros mismos y de los demás. Hace muchos siglos Juvenal dijo: “Mens sana in corpore sano”, “Mente sana en cuerpo sano”. En realidad nos convertimos en lo que pensamos, sentimos y hablamos. Las energías de nuestro alrededor son muy variadas y de acuerdo a nuestro estado mental y emocional podemos atraer energías densas que pueden bloquear los flujos energéticos de nuestros chakras y cuerpos superiores.

Los chakras son vórtices de energía que unen el sistema glandular con nuestros cuerpos energéticos, los cuales también se pueden bloquear con las energías externas pero sobre todo con lo que pensamos, sentimos y hablamos. Los plexos del cuerpo vital o etérico tienen como función principal mantener la armonía de las energías que ascienden del cuerpo físico a los cuerpos energéticos y descienden de los cuerpos superiores al sistema glandular.

El cuerpo vital es el cuerpo que une energéticamente el cuerpo emocional al cuerpo físico. Cuando el cuerpo vital o aura se contamina aparecen las dolencias o enfermedades. Nuestro cuerpo sentimental o emocional tiene como propósito conectarnos con nosotros mismos, con los demás y con nuestro entorno. La mente es la generadora de los pensamientos y debemos aprender a pensar siempre positivamente, si llegamos a pensar de manera negativa hay que corregir para así lograr estados de ánimo equilibrados, evitando así pensamientos y sentimientos negativos que se traducen en dolencias o enfermedades. Tenemos que aprender a disociar los sentimientos y emociones de los pensamientos.

La clave de la salud está en vivir en armonía con nosotros mismos, con los demás, con nuestro entorno, la Naturaleza y el Universo, pero sobre todo vivir en armonía con nuestro Ser, Espíritu, la Presencia Mágica de Dios que está en todos. ¡¡¡Que la Salud Perfecta se manifieste en cada célula, molécula y átomo de tu cuerpo físico, tu alma y tu Ser!!!

sábado, 2 de marzo de 2019

Meditación, Salud y Bienestar

Actualmente más médicos, terapeutas y profesionales de la salud están convencidos que la práctica de la meditación, junto a una dieta adecuada y ejercicio físico, pueden mejorar la salud, la calidad de vida y el bienestar general de las personas.

Durante siglos, las personas han usado la meditación como una forma para lograr la armonía interior. Las principales religiones del mundo, como el budismo, el hinduismo, el islamismo y el cristianismo, han practicado la meditación como un medio para alcanzar la iluminación espiritual.

Se sabe que la meditación relaja, mejora la concentración, aumenta la autoconciencia, ayuda a combatir el estrés y da fuerzas para afrontar los problemas. La meditación también favorece nuestras relaciones con los demás. Mucha gente que medita ha logrado superar la depresión, la adicción a las drogas, la cafeína o el alcohol. Podemos decir que la meditación mejora nuestro bienestar físico, mental y espiritual.

Es indudable que la capacidad mental para analizar, discriminar, planificar y comunicarnos ha construido la vida moderna; sin embargo, la mente puede ser un arma de doble filo, pues así como nos ayuda a razonar y a pensar de forma creativa, si no aprendemos a desconectarla nos puede generar conflicto, preocupación y angustia. La meditación ayuda a silenciar el “parloteo” mental y nos ayuda a conectar con el sentir del corazón, dándonos un sentimiento de armonía, paz y bienestar.

La meditación nos ayuda a pensar con mayor claridad, así como nos ayuda a mejorar nuestros niveles de energía para trabajar con mayor eficiencia y menor cansancio. La meditación nos ayuda a relajarnos y alejarnos de las situaciones estresantes, nos ayuda a adquirir más control sobre nuestra mente y no identificarnos con las emociones negativas. La meditación nos ayuda a conocernos a sí mismos y nos ayuda a enfrentar las situaciones que se nos presentan.

La meditación mejora nuestra calidad de vida y nos hace más felices y la relajación que nos proporciona nos ayuda a mejorar nuestra salud física, emocional y mental.

La mente tiene el poder de actuar sobre el cuerpo. Pensar en una situación estresante provoca reacciones adversas en nuestro organismo; al contrario, pensar en algo positivo fomenta la producción de “hormonas del bienestar”. No debemos subestimar el poder de la mente para producir cambios en nuestro cuerpo, así como las emociones y sentimientos. Cultiva siempre la alegría de vivir y piensa y siente lo mejor de tí mismo y de los demás. La meditación mejora nuestra salud en general, pues la salud es en síntesis un estado de equilibrio funcional del cuerpo, las emociones, la mente y el Ser Interno.

Los estudios sobre los efectos de la meditación indican que ayuda a aliviar dolencias como la migraña, insomnio, síndrome del intestino irritable, síndrome premenstrual, estrés, ansiedad, depresión, desajustes de la presión arterial, ayuda a equilibrar los ritmos cardíaco y respiratorio, etc. Los estudios también indican que la meditación ayuda a aumentar la satisfacción y el rendimiento laboral. Muchos médicos recomiendan la meditación y técnicas de relajación a sus pacientes.

La meditación también nos ayuda a restablecer el equilibrio entre el hemisferio derecho e izquierdo del cerebro. Se sabe que cuando pensamos y hay mucha actividad mental el cerebro emite ondas beta y cuando sentimos o conectamos con el corazón el cerebro emite ondas alfa. Cuando vivimos el presente estamos en estado alfa, mientras que cuando pensamos por pensar, ya sea en el pasado o en el futuro, estamos en estado beta.

Actualmente la meditación ha dejado de ser un asunto reservado a místicos, yoguis o filósofos. No es necesario ser religioso o tener mucho tiempo para meditar, todos podemos hacerlo sin importar la edad o la ocupación. Con la meditación podemos superar el estrés, conocernos más y mejor o simplemente sentirnos mejor.

La meditación es más que una simple relajación, pero la relajación de la mente y del cuerpo es el primer paso de la meditación. Durante el proceso de la relajación la mente puede divagar, pero en la meditación la mente está alerta y concentrada. La meditación reduce la dispersión de la mente y nos ayuda a tomar conciencia del objeto de nuestra meditación, experimentándolo tal y como es en realidad.

Existen muchas formas de meditar, pero todas empiezan con una fase de relajación y luego viene la concentración en un objeto, imagen o sonido, sea interno o externo. Cada vez que la mente se extravía, es reconducida de manera delicada, pero firme, al objeto de la meditación. La mente dispersa acostumbrada a divagar puede ser superada con la práctica de la meditación, la meditación cultiva la atención por excelencia. Cuando logramos meditar la meditación convierte en una práctica que nos trae muchos beneficios y satisfacciones.

Algunas formas de meditación buscan la concentración en un objeto, otras buscan expandir los sentidos o nuestras facultades internas, otras buscan la contemplación de un concepto, cualidad o virtud superior, mientras que otras utilizan cantos, mantras, etc.

La imaginación y la visualización desempeñan un papel muy importante tanto en la vida como en la meditación, pues la mente no distingue entre las cosas reales y las cosas que imagina. Imaginar y visualizar un cuerpo saludable o en proceso de curación produce cambios y mejoras en nuestro organismo, curando algunas dolencias o simplemente manteniendo  nuestro estado de salud, armonía y bienestar.

Además de los beneficios de la meditación sobre la salud física y emocional, a través de la meditación, por el desarrollo de la atención y agudeza de los sentidos, podemos comprender y mejorar nuestras relacione con los demás. La práctica regular de la meditación nos ayuda a aumentar la confianza en nosotros mismos y la autoestima, superar el sufrimiento del pasado y disfrutar de la vida presente, en la familia, en el trabajo como en la vida social. Con la meditación podemos superar los miedos, las dudas, la desconfianza, la autocrítica destructiva y guiarnos por voz de nuestro Ser Interno o Guía Interior.

No esperes a sentirse enfermo para aprender a cultivar tu salud; todos los días hay que afirmar la salud. Si sientes que ya está enfermo existe la posibilidad de recuperar la salud de una manera natural. Sea para cultivar o recuperar la salud es necesario conocer mejor cómo funciona nuestro cuerpo, llevar una dieta adecuada, mantenernos activos, descansar lo necesario, llevar una vida relajada, pensar y sentir bien, manejar correctamente nuestras emociones, entre otros.  (Esta nota está en construcción, puede ser cambiada, corregida y aumentada) ¡El Creador Supremo Dios te de Salud, Armonía y Bienestar!

Relajación, Meditación y sus Beneficios

Relajación es el estado de calma y ausencia de tensión o estrés, que produce un estado de bienestar físico, emocional, mental y espiritual, ...